¡Buenos días!
Hoy volvemos con una colaboración de la genial Ester, que desde su cuenta @_fesolet de Twitter, nos anima muchos días. En este caso, dado que vive en el país vecino, nos trae una receta que particularmente ¡a nosotros también nos encanta!. Os dejamos con ella:
MOULES AVEC FRITES
Lo prometido es deuda, por fin escribo la receta tan típica de Bélgica y norte de Francia, y que en realidad encuentras por todo el país, ¡porqué es que están muy ricos!
Primero voy a contaros como los hacemos en casa, que es muy básico, pero MUCHO. Una ha salido de una familia de pescadores y las cosas del mar, cuanto menos se tocan, ¡más ricas están!
INGREDIENTES
Para cuatro personas, nosotros con par de kilos o 2 kilo y medio de mejillones de roca vamos que nos estrellamos. A veces nos sobran un poco y los aliñamos al día siguiente con… eso lo contaré luego.
Cantidad de patatas: al gusto. Para hacer patatas fritas, nosotros nos comemos una patata grandota o una y media por persona.
Una hoja de laurel.
Aceite para freír las patatas.
PREPARACIÓN
Lo primero, limpiar los mejillones. Pero por favor gentededios, que limpiar los mejillones no implica ni darle al nanas, ni rascarlos hasta que brillen ni dejarlos en remojo horas. Vosotros cogéis los mejillones de roca, con un cuchillo les cortáis las barbas y los pasáis por debajo el grifo. ¡Y YA! ¡NADA MÁS!
Si los ponéis en agua dulce, se van a cerrar y no, no van a soltar “arena”. A parte que hoy en día ya no sueltan arena que los criaderos de mejillones están en cuerdas en mitad del mar, por mucho que digan “de roca”.
En serio, haced caso a la experiencia milenaria de la familia de pescadores, cortad las barbas y punto.
Coged una cazuela o una olla grande, que quepan todos bien. Le ponéis un fondo de agua, los mejillones y la hoja de laurel.
Lo ponéis a hervir, tapado. Hasta que se abran (¿2 minutos? En realidad no lo he contado nunca…). Una vez abiertos los sacáis del fuego y los dejáis ahí que están ya apuntito para comer.
Para las patatas fritas… esto… creo que todo el mundo sabe hacer ¿no? ¿NO? ¿EN SERIO?
Bueno, pues, peláis las patatas, las cortáis en tiras largas, que se parezcan a las del McDonalds. O no.
Poned a calentar aceite en una sartén, bastante mucho, que se puedan sumergir las patatas. Una vez caliente se tiran las patatas y se dejan hasta que estén doraditas. Se sacan para que se escurran en un plato con un papel absorbente. Un poco de sal por encima y… ¡A COMER!
Si tenéis freidora es incluso más fácil, pero básicamente viene a ser lo mismo: calentar el aceite, freír, sacar y comer.
Pero… y eso ¿como se come? ¿AsíN tal cual? Sí, exacto, le vais dando al mejillón y a la patata frita. También podéis acompañar el mejillón con alguna vinagreta para darle gustirrinín si apetece, o hacer una ensalada verde, para los que les guste ponerle algo de verdura a la cosa.
LA VINAGRETA PARA ACOMPAÑAR
¡Ojo!, voy a desvelar la receta de vinagreta de mi abuelo, la que hacían en la barca, ¡sentíos honrados y adoradme hasta el fin de los tiempos!
Ingredientes: aceite, vinagre (si os parece muy fuerte de sabor, probad con vinagre de Módena) y pimienta
Utensilio indispensable: vaso de carajillo de la tasca del Tío Pepe. Seguid leyendo y lo entenderéis.
Para 4 personas, poner aceite hasta donde indico con el dedo. Poner vinagre hasta la rallita. Moler un poco de pimienta (o pimienta ya molida) al gusto.
Remover con una cucharilla y no dejar “reposar” que luego se separan de nuevo. Abrir los mejillones en el plato y poner una cucharada encima de cada mejillón o bien, abrir los mejillones y “mojar” ahí dentro mientras se remueve (aviso que eso puede crear conflictos familiares sobre quien está acaparando el vasito con la vinagreta).
Hasta ahí la receta básica de los Moules-Frites como hacemos en casa. Que quizá os parece que es sosa, o rollo o poca cosa. Pero es que a veces no hace falta mucho más para tener un plato para chuparse los dedos.
VARIANTE DE VINAGRETA
Esto fue un invento de mi pequebrother y la verdad, es que no está nada mal. Se trata de exactamente lo mismo que la vinagreta que hacemos de toda la vida, solo que la mitad del vinagre lo cambiamos por salsa Perrin’s o salsa Worcester. Tiene un punto de sabor diferente que queda muy bien.
OTRO ALIÑO PARA MEJILLONES
A menudo nos pasa que compramos demasiados mejillones y nos sobran. ¡Que no panda el cúnico! Se meten en la nevera y al día siguiente se pueden comer. Nosotros a menudo preparamos una vinagreta “mejorada”:
Base de la vinagreta de “siempre” (o su variante) dejando macerar un ratito cachitos de pimiento rojo y verde y cebolla muy chiquititos. Remover bien y poner una cucharadita encima de cada mejillón.
Para los que no estén convencidos y tengan ganas de “más chicha”, ahí van otras maneras de prepararlos:
MEJILLONES A LA MARINERA
Aquí de nuevo, recetas hay millones, casi como casas y familias! Pero así es como lo hacemos nosotros.
INGREDIENTES
2 cebollas
Un par de cucharadas de harina
Una hoja de laurel
¼ de litro de vino blanco (o si no queréis/podéis tomar alcohol, de mosto)
Aceite
Perejil
Pimentón
Primero, como siempre, limpiar los mejillones.
En una olla grande (que quepan todos los mejillones), poner a dorar la cebolla picada con el aceite, hasta que quede blandita y doradita. Se incorpora la harina y se deja que tome un poco de color mientras removemos.
Incorporar la hoja de laurel, el pimentón y el perejil. Remover.
Poner los mejillones y el vino o mosto.
Cocer removiendo para que no se pegue la salsa en el fondo, un poco unos minutitos, hasta que estén todos los mejillones abiertos.
Para servir, poner en una bandeja grande y tirar la salsa por encima de los mejillones.
¡A comer!
Fesolet