¿Buscas entrantes para sorprender a tus invitados, aperitivos o entrantes para una comida familiar?
Dejará a tus comensales con la boca abierta y ganas de repetir.
Y uno de estos entrantes de Navidad originales es nuestro aperitivo de queso, una especie de bollo preñado de Camembert y bacon que aunque no es precisamente un entrante light es un plato digno de un mesa de lujo.
Yo he usado Camembert pero se puede substituir por Brie o incluso comprar cualquiera de los dos en porciones pequeñas y hacer un mini Hojaldre relleno de queso para cada comensal, y así no tener que preocuparnos de que todo el mundo llegue a la bandeja.
Es tan fácil de preparar que no sé cómo no es un plato habitual en todas las casas, ya que puede prepararlo hasta un niño pequeño (especialmente si les dejamos decorar con moldes de galletas como hemos hecho nosotras).
Ingredientes:
1 queso Camembert
1 lámina de hojaldre
200 gr de bacon
AOVE
Preparación:
Primero de todo tenemos que coger el bacon y trocearlo lo más pequeño posible, cuanto más pequeño quede mejor se repartirá entre el queso.
Ahora cogemos una sartén pequeña y ponemos el bacon en ella, sin nada de aceite, y lo salteamos hasta que desprenda toda la grasa y quede dorado y crujiente, y lo escurrimos bien para que no quede grasiento.
Cogemos la lámina de hojaldre y ponemos el queso en el medio, y con mucho cuidado quitamos la parte superior del queso, de manera que quede “destapado”.
Con un molde de galletas mi hija ha cortado una estrella de cada esquina y la he reservado para decorar al final.
Ponemos el hojaldre levantado alrededor del queso de manera que al poner el bacon encima evite que se desparrame por todo. Una vez puesto el bacon es el momento de cerrar nuesto hojaldre relleno de queso, de manera que las esquinas queden haciendo forma de iglú encima del bacon y el queso.
Una vez nos aseguramos que queda bien cerrado, es el momento de decorar con las estrellas reservadas y pintar con un poco de aceite la superficie del hojaldre.
Lo metemos en el horno precalentado a 200ºC y lo dejamos 15-20 minutos, hasta que esté dorado (que no quemado!!) y lo servimos directamente en la mesa lo más caliente posible, ya que en esta época del año, en pocos minutos se enfría todo, y perdería su textura cremosa casi liquida.
Se puede acompañar de pan, tostadas o picos, para que los comensales puedan mojar en el interior del hojaldre, como si fuera una fondue de queso.
Espero que vuestros comensales disfruten tanto como lo hemos disfrutado nosotros.
Con este post participo en el reto de facilisimo de entrantes y aperitivos navideños.
Un abrazo!
Mónica
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