En esta receta además de preparar unas patitas de cerdo (también conocidas en algunas regiones como manitas de cerdo) en nuestra CrockPot o Slow Cooker que pondremos en una salsa de tomate, también vamos a obtener un caldo de huesos cocinado lentamente que puedes guardar y utilizar para otras recetas o incluso para tomarlo tal cual ya que tiene mucho colágeno que ayuda a reforzar nuestros huesos, así como aminoácidos, minerales y vitaminas esenciales para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo.
Es muy importante limpiar bien las patitas de cerdo y quitarle todos los restos de la capa exterior de piel que puedan tener. Habitualmente en los supermercados grandes ya las venden limpias pero no está de más darles un buen lavado. En función de dónde las compres puedes encontrarlas cortadas en mitades o en cuartos.
Ingredientes para 4 personas:
4 patitas de cerdo frescas cortadas
1 tallo de apio
1 puerro
2 dientes de ajo
10 granos de pimienta enteros
½ cucharadita de tomillo
1 cucharadita de postre de sal
Ponemos el puerro y el apio cortado en rodajas a modo de cama en el fondo de la olla de nuestra CrockPot y encima colocamos las patitas de cerdo de manera que queden bien colocadas y no se nos rompan al cocer.
Ponemos los dos dientes de ajo pelados, la pimienta negra, el tomillo y la sal y cubrimos con agua de manera que nuestras patitas de cerdo queden completamente cubiertas.
Programamos 7 horas en bajo en nuestra CrockPot, y ya podemos irnos a dormir, a trabajar o donde sea, sabiendo que cuando volvamos tendremos las patitas de cerdo perfectamente cocidas y listas para su salsa.
Ingredientes de la salsa:
1 cebolla
3 dientes de ajo
500 gr de tomates maduros
1 hoja de laurel
1 cucharadita de romero
Las patitas de cerdo ya cocidas
Caldo de la cocción de las patitas
Opcional 50 ml de vino blanco
AOVE
Por un lado tendremos que sacar las patitas de nuestra CrockPot y reservarlas hasta que llegue el momento de ponerlas en la salsa.
Por otro lado, tenemos que colar el caldo y reservarlo. Utilizaremos una parte y el resto la podemos guardar, ya sea congelándola en porciones pequeñas para poner en tus guisos o en un bote de cristal en la nevera.
Por último tenemos que preparar un sofrito para nuestras patitas:
Empezamos troceando bien pequeña la cebolla y los dientes de ajo pelados. En una cazuela grande, ponemos a fuego medio la cebolla, los ajos y el laurel, junto con un chorro de aceite, y vamos removiendo vigilando que no se nos queme. Nos interesa que se vaya pochando hasta que la cebolla se vaya quedando medio transparente.
En este punto añadimos los tomates troceados pequeños. Puedes hacerlos en daditos o en trozos más grandes y cuando estén medio cocinados chafarlos para que se deshagan y quede una salsa en vez de trozos.
Salpimentamos el tomate y añadimos el romero en especia.
Ahora vamos a dejar que se cocine todo a fuego lento, tapado durante unos 20 minutos, pasado ese tiempo, se añadiría el vino y se dejaría evaporar a fuego más fuerte y destapado durante un par de minutos.
Ya podríamos añadir nuestras patitas cocidas en el sofrito, colocándolas con cuidado para que no se nos desmonten demasiado, y añadiendo el caldo de la cocción hasta que queden medio cubiertas.
Ahora removeremos moviendo la cazuela en círculos para que se integre la salsa. y dejamos cocinar a fuego medio bajo (4 de 10 aprox) durante 20 minutos tapado.
Nos interesa que haga chup chup y las patitas se impregnen bien del sabor de la salsa.
Servir bien caliente. En casa nos gusta acompañarlas de tortilla de patatas, pero un arroz blanco también sería una buena guarnición.